lunes, 21 de marzo de 2011

Había una vez un corralito!

Estas palabras son mi humilde homenaje a ese valioso compañero de la madre multi:

Cuando Isabella y Milena tenían al rededor de 10 meses, gateaban y apenas se paraban.  El peligro mas grande eran los enchufes, parlantes y cables.  Inspirada en corralitos de otras madres multis, me lance a la tarea de encontrar el corralito ideal.

Después de descartar varios modelos por su precio y de advertir que había muy pocas opciones. Me zambullí en el sector de usados a ver que pescaba. Así fue como lo encontré, eran las barandas de roble de una cuna funcional, que apoyada en el piso de mi living se transformaban en el corralito perfecto.

El corralito y yo, vivimos un romance que duró 3 meses y medio. Durante ese tiempo, Isa y Mile pasaban el día entero custodiadas por el. Aprendieron a pararse y a sentarse sin accidentes. Aprendieron a caminar sostenidas por sus barrotes y un buen día el corralito quedo chico.

La primera vez que lograron aflojar los tornillos, en un trabajo en equipo perfectamente cincronizado, lo tome a risa. La segunda vez se cayeron impulsadas por sus ganas de explorar y el saldo fue, un dedito magullado y la posterior caída de esa uña. Ese día tuve que aceptar que lo nuestro no iba mas.

Hoy , partes del corralito sirven para poner al resguardo de las caminadoras, la tv y los parlantes y otra parte para bloquear la entrada a la cocina.

Cuando mis mellis se hayan apoderado de todos los espacios de mi casa, tendré que despedirme de mi amado corralito. Pero siempre recodare aquellos días en los que la seguridad, el confort y la limpieza estaban garantizados por mi fiel custodio de madera!

1 comentario:

  1. jajaja el corralito "ese gran amigo de la madre múltiple"

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